Por más que en México se hacen intentos de erradicar la corrupción e incluso, con el intento de establecer un nuevo sistema anticorrupción, en 2017 la percepción de nuestro país decreció al grado de ubicarse actualmente como el país peor evaluado entre los países que conforman el G20 y la Organización Internacional para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Sí, México es aún más corrupto que hace un año de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción 2017 (IPC).
En cuanto al Índice de Transparencia Internacional, México se ubica entre las peores posiciones de América Latina y el Caribe, ocupando la misma posición que Honduras y Paraguay, por debajo de Brasil, Argentina. Chile y Uruguay, por su parte, se posicionan a más de 100 lugares por encima de México.
De acuerdo con cifras del banco de México (Banxico) y el Banco Mundial, la corrupción en México representa casi el 9% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, sin embargo, a decir del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) este porcentaje es del 10%.
Y mientras distintos organismos nacionales e internacionales señalan la ausencia de instituciones independientes para investigar y sancionar los grandes casos de corrupción en México, la corrupción en el país permea cada vez más en la vida diaria de las y los mexicanos.